Artículo de Ricardo Bayo, Secretario General de UPA.
La comarca Utiel Requena es conocida, entre otras cosas, por su gran tradición vitivinícola. Su clima, sus tierras y el buen hacer de los agricultores han puesto en el mapa esta comarca como una de las principales productoras de vino. Un sector que ha sabido modernizarse en las últimas décadas hacia un producto de mucha calidad, aumentando el porcentaje total de vino embotellado y poniendo en valor variedades autóctonas como la Bobal. Sin embargo, la situación del sector es grave. Además de las inclemencias meteorológicas que han azotado la comarca, como grandes granizadas y la sequía, las ventas de vino tinto principalmente han caído, los precios se han desplomado y las bodegas tienen stocks de años anteriores. Este cúmulo de despropósitos está arruinando a muchos agricultores que ven como el precio por kilo de uva está por debajo de sus costes de producción. Por otro lado, el sector del vino se ha quedado fuera de ayudas directas por la sequía o por los aumentos de los costes de producción derivados de la guerra en Ucrania. La situación de mercado es mala, pero la situación derivada de la sequía está haciendo estragos entre los viticultores que en algunos casos ya están dando por perdida la campaña al ver que las vides no han brotado o las brotaciones son muy débiles. Ante esta situación el sector incluso pide ayudas para el arranque definitivo, una medida drástica y que a efectos prácticos supone la rendición del agricultor. Ante esta situación es necesaria una respuesta urgente por parte de la administración, que de momento se está haciendo de esperar, con medidas como la poda en verde, destilación y una ayuda directa para los agricultores más afectados, esta última de momento descartada a día de hoy por falta de recursos, lo que desde UPA nos hace cuestionarnos si para el gobierno de Mazón el sector agrario es lo suficientemente importante teniendo en cuenta el exiguo presupuesto que destina para este fin. Por otro lado, el sector del vino requiere de medidas a medio y largo plazo como el desarrollo de un plan estratégico, liderado por el sector y de la mano de la Consellería, para poner en marcha planes de acción concretos que cumplan los objetivos del plan estratégico que puedan revertir y reorientar el sector si no queremos que la agricultura de una comarca entera desaparezca.