Entrevista a nuestro Secretario General Ricardo Bayo en Valencia fruits

El secretario general de UPA en la Comunitat Valenciana, Ricardo Bayo señala que ahora mismo el panorama no es demasiado bueno para el agricultor, y lo triste es que parece que esta situación no tiene visos de mejorar, al menos en la primera mitad de la campaña. Son tantos los frentes abiertos que una de las exigencias de los citricultores valencianos es que la administración vele por los intereses de uno de los sectores esenciales de la economía y sociedad española.

Valencia Fruits. ¿Qué hay que corregir en la actual campaña citrícola?

Ricardo Bayo. Personalmente, pienso que hay poco que corregir, ya que no se trata de algún error puntual e inoportuno. Yo lo plantearía más como retos que el sector debe afrontar y superar conjuntamente. En este sentido, tenemos retos internos y externos. Como retos externos tenemos principalmente la competencia de países terceros como Sudáfrica y de países del norte de África como Marruecos, Turquía y Egipto por ejemplo y también de algunos países de Sudamérica. Y por otro lado, y como derivada de la entrada de cítricos de estos países, tenemos un peligro potencial de entrada de plagas foráneas, alguna ya presente en España como el Cotonet de Sudáfrica que ya genera muchas pérdidas, principalmente en Castellón, y otras como la CBS (mancha negra de los cítricos) o la falsa polilla que suponen un riesgo importante si llega a entrar y expandirse por las zonas productoras españolas.

Internamente, tenemos un problema de falta de competitividad en el sector en su conjunto debido a diferentes causas pero que se ha visto agravado de forma importante por la competencia desleal de países terceros cuyas condiciones de producción no están sometidas a las exigentes leyes europeas en materia de sanidad vegetal, sostenibilidad medioambiental o laboral. Esta hipocresía de Bruselas que no exige a las importaciones las mismas condiciones que sí nos exige a los agricultores europeos nos sitúa en una desventaja clara y es algo que el sector lleva denunciando años. En este sentido, es importante que entendamos que este reto solo seremos capaces de superarlo trabajando como un equipo, producción y comercio, generando una estrategia conjunta para mejorar nuestra competitividad repartiendo los esfuerzos entre los diferentes eslabones de la cadena de una forma equitativa.

Los agricultores también tenemos nuestros propios retos, tenemos nuestros propios deberes, muchos por hacer. Empezando por nuestras estructuras productivas, continuando por nuestra formación para ser más profesionales y terminando por mejorar la parte comercial de nuestro negocio.

Todos estos retos, los propios y los externos, hay que afrontarlos y hay que hacerlo con decisión por que claramente son la raíz de nuestros problemas, y generan consecuencias graves que se traducen en crisis para el sector en general y para el agricultor en particular. Un claro ejemplo es cómo evoluciona esta campaña que ha ido cogiendo una deriva negativa conforme avanzan los días. Los precios han ido a la baja, la recolección de las variedades más tempranas ha tenido problemas de precios, e incluso en algunos casos se han quedado en el árbol debido a que nuestro mercado natural está totalmente inundado de naranja y clementina sudafricana. Ahora mismo la situación no es demasiado buena para el agricultor y parece que esta situación no tiene visos de mejorar al menos en la primera mitad de la campaña.

A todos estos problemas hay que sumarle la situación de desventaja o de falta de capacidad a la hora de afrontar la venta de nuestras cosechas. Sistemáticamente somos sometidos a una serie de malas prácticas comerciales, en muchos casos abusivas o directamente ilegales, por parte del comercio como redondeos, destríos injustificados, renovaciones unilaterales del contrato, pago de comisiones a intermediarios etc., que suponen entre un 5% y un 7% del valor de nuestras cosechas, algo inaceptable y que desde UPA animamos que se denuncien estas malas prácticas. Hay que recordar que la ley defiende al agricultor de estas malas prácticas. Por ejemplo, la ley de morosidad dice que el pago de la cosecha se debe realizar a los 30 días. Así mismo la Ley de la Cadena Alimentaria dice literalmente que “los precios pactados entre las partes deben cubrir los costes efectivos de producción” con el fin de evitar la destrucción a lo largo de la cadena de valor. La ley nos ampara, tenemos que defender lo que es nuestro, defender nuestro trabajo.

VF. ¿Cómo afecta el encarecimiento de costes y qué medidas proponen?

RB. El encarecimiento de los insumos como los fertilizantes, los fitosanitarios, la luz y la gasolina ha generado unos sobrecostes importantes. En algunos casos han llegado a aumentar hasta un 30%, esto sumado a nuestra incapacidad para trasladar nuestros costes de producción e imputarlos a la hora de vender nuestras cosechas provoca que los precios percibidos por nuestras cosechas en algunos casos no cubran ni los costes de producción. Un contrato en estas condiciones es directamente ilegal según la ley vigente. Sin embargo, desde marzo de 2020, que está vigente esta ley, se han producido contratos de compra de cosechas a perdidas a lo largo y ancho del país. Lo que desde UPA pedimos a la administración es que vele por el cumplimiento de las leyes que ellos mismos promulgan. Que exista un registro de contratos y que desde la administración se hagan estudios de los costes de producción de los productos agrarios y ganaderos para que los agricultores y ganaderos podamos tener referencias.

VF. ¿Cree que esta será la PAC de la agricultura familiar y mediterránea o es solo un sueño?

RB. Cuando se comenzó a hablar de la reforma de la PAC siempre tienes esperanzas de que sea mejor, que entienda y atienda más la realidad de la agricultura mediterránea, pero conforme fue avanzando la negociación vimos claro que esto no iba a ser así. De hecho, la nueva PAC era bastante lesiva para la Comunidad Valenciana, aunque conforme fueron avanzando las negociaciones de la aplicación a nivel nacional, entre los tira y afloja regionales se consiguió remontar algo para al final, y a falta de algunos puntos por cerrar, nos vamos a quedar más o menos como estábamos. Algo por supuesto que no nos contenta ni mucho menos ya que las injusticias se perpetúan nuevamente en este periodo.

“En el tema de la PAC, a falta de algunos puntos por cerrar, vamos a quedarnos más o menos como estábamos. Esto significa que las injusticias se perpetuarán nuevamente en este periodo”

VF. ¿Cuál ha sido el impacto sufrido por la pandemia en la agricultura valenciana? ¿Cómo ve el futuro?

RB. La pandemia ha sido un duro golpe para algunos sectores, sobre todo los más enfocados al canal Horeca debido al cierre total de este al principio y a las restricciones que ha sufrido y en algunos casos sigue sufriendo en la actualidad. Por ejemplo, el sector del vino y algunos ganaderos muy enfocados a este canal de comercialización lo han pasado francamente mal y más teniendo en cuenta que en muchos casos estos sectores venían de una situación difícil. Por suerte, parece que ya se empieza a ver el final de esta crisis sanitaria, que las cosas poco a poco vuelven a la normalidad. Ahora toca aprende la lección y entender que el sector agrario y ganadero junto con la industria alimentaria es estratégica para un país y debe ser protegida y potenciada.

VF. ¿Cómo fomentar el relevo generacional?

RB. En UPA consideramos fundamental dignificar la profesión del agricultor como piedra angular para el fomento del relevo generacional. La agricultura se parece muy poco a la agricultura de nuestros abuelos, la tecnología ha mejorado mucho las condiciones laborales. Los y las jóvenes deben de entender que ser agricultor e invertir en una empresa agraria es tan digno como emprender en cualquier otra actividad, y que como cualquier negocio debe estar bien, y que además de generar trabajo y riqueza en el medio rural, también contribuye a fijar la población evitando el despoblamiento, evita el abandono de la tierra y colabora en la lucha contra el cambio climático. Hay que desterrar esa creencia generalizada de que “el que no sirve para estudiar al campo a trabajar”. Un agricultor profesional, que al fin y al cabo está gestionando una empresa agrícola debe estar muy bien formado, y debe asumir conceptos como el valor añadido o el coste de oportunidad, porque a lo mejor el dinero no lo va a ganar estando subido al tractor sino dedicándole más tiempo a la venta de su cosecha. Si no somos capaces de atraer jóvenes formados al sector ¿cómo vamos a atraer talento al sector agrario?

Deja un comentario

× ¿Necesitas ayuda?